Pregunta frecuente

¿Sirve el castigo como método educativo?

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Educar tiene como objetivo formar a la persona, enseñarle a vivir y a convivir., adquirir conocimientos, desarrollar valores…

Es una tarea en ocasiones complicada, y recurrimos a los métodos más familiares, los que digamos nos es más fácil aplicar, porque normalmente es lo que hemos aprendido.

El castigo, sería uno de estos métodos universales, que todos conocemos. Además de ser un método que probablemente algún adulto habrá aplicado con nosotros en nuestra infancia, es un método que utilizamos en nuestro sistema social para informar de que algo no está bien, de que nos hemos saltado una norma.

A pesar de ser un método popular, no parece tener muchos beneficios. Ya que muchos padres se frustran en el intento de conseguir que su hijo aprenda.

Normalmente el castigo, genera rabia en los niños (También en los adultos), no llegando a satisfacer la función educativa que es lo que en el fondo, los padres queréis.

Pondré un ejemplo: ¿Para qué sirve castigar a mi hijo sin ver la televisión, si lo que quiero que aprenda es a dejar su ropa sucia en el cesto?

No parece tener lógica ¿Verdad? Sobre todo si lo que queremos es que aprenda, y no simplemente castigarlo, porque no está haciendo algo, lo cual sería precisamente eso, un castigo, pero no una forma de educar: EL CASTIGO NO EDUCA.

Nombraré algunas desventajas del castigo:

Hace a los padres responsables del comportamiento de sus hijos, ya que son ellos los que buscan una solución al problema en lugar de ayudar a los hijos a reflexionar y fomentar su responsabilidad.
Impide que los niños aprendan a tomar sus propias decisiones. Y consecuentemente, evita que hagan suyas las reglas para un comportamiento eficaz.
Sugiere que el comportamiento aceptable es esperado solamente en presencia de las figuras de autoridad.
Invita a revelarse al forzarlos a seguir unas normas de conducta.