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La Sombra: Qué es y por qué existe.

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Hoy vamos a hablar de un tema muy importante y fascinante para todo aquello que suponga querer adentrarnos en el inconsciente y autoconocernos profundamente a nosotros mismos.

Vamos a hablar de La Sombra, así, con mayúsculas, dado el carácter autónomo que tiene y que explicaremos posteriormente. Además, con esta nominación, estamos reconociéndola como un arquetipo en toda regla, algo que certeramente plasmó C. G. Jung.

Pero vamos a introducir la cuestión, ya que este es un post introductorio, a modo de comprender en profundidad qué es la sombra, cómo funciona y para qué existe.


Qué es la Sombra

Una definición sencilla sería: la sombra es el conjunto de todo lo rechazado o ignorado por nosotros mismos, aquello que está oculto o desintegrado de nuestra consciencia.

Es decir, la sombra es aquel conjunto de aspectos, traumas, heridas, rasgos instintivos y demás contenido de la psique que rechazamos y tapamos debajo de la alfombra, esto es, en el inconsciente.

Recordemos que el inconsciente tiene múltiples niveles, pero para introducirlo y simplificarlo, habría dos tipos fundamentales: el inconsciente individual y el inconsciente colectivo.

Ambos están intrínsecamente relacionados entre sí, hasta el punto de ser el inconsciente individual la superficie o punta del iceberg del inconsciente colectivo.

Los múltiples niveles que mencionábamos se refieren a las distintas áreas y niveles de profundidad a través de los cuales se divide y reparte la información del inconsciente colectivo de la humanidad al completo. Por ejemplo: inconsciente repartido por áreas continentales, de países, de regiones, de clanes familiares, etc.

De manera que, como luego entenderemos mejor, esta asociación inicial de inconsciente y la sombra es del todo necesaria.

Jung definía a la sombra en dos sentidos: en general, como todo lo oculto de nuestra consciencia (es decir, la “totalidad” del inconsciente, tanto individual como colectivo); y específicamente, como el arquetipo principal de los que componen el inconsciente colectivo.

Para entender con claridad suficiente (sobre todo, si llevamos poca o nula familiaridad con estos términos), arquetipo es -desde la perspectiva psicológica- “Modelo original o primario en un arte u otra cosa”, según el diccionario. Así, se puede entender a los arquetipos como los patrones ancestrales de emocionalidad y conducta, que representan un molde simbólico de experiencia y sentir de la humanidad. Por ejemplo: La Madre, el Padre, el Héroe, el Sabio, la Sombra o el Niño.

Entonces, sigamos. Teniendo en cuenta que es un arquetipo principal o, incluso, la “totalidad” de nuestro inconsciente, comprenderemos entonces la importancia de bucear en esa sombra (nuestra y colectiva, a la vez), para conocernos en profundidad a nosotros mismos y, de este modo, ser capaces de recuperar la información que está a la sombra de nuestro umbral consciente.


Por qué se origina

La Sombra se genera desde la desidentificación y rechazo con aquellos atributos, aspectos, traumas, miedos y heridas con las que no nos queremos identificar, ya que colisionan fuertemente con la auto-imagen que tenemos de nosotros mismos y/o con la imagen social que queremos dar a los demás/afuera.

Este rechazo se produce por varias asociaciones de lo que se establece como “bueno o malo” en nuestra cultura, sociedad o familia. Lo que aprendimos que funcionaba o no funcionaba en nuestro entorno, lo que grabamos como peligroso o como aceptado en nuestra familia y cultura (y todo ello se va transmitiendo, a su vez, de forma transgeneracional, es decir, a través del ADN y la cultura social).

Por ejemplo: puede que estemos rechazando el aspecto de ser egoístas en un momento determinado, contándonos que “nosotros siempre estamos por los demás y que somos muy buenos” cuando puede que, en ocasiones, no lo seamos, y que eso pueda ser necesario en algunas circunstancias (ya que ser egoísta en momentos concretos puede salvarte la vida o protegerte frente a una situación concreta).

Otro ejemplo más: quizás te identifiques como una persona creativa y artística, pero rechazando tu capacidad destructiva. Este desequilibrio de sólo polarizarte hacia la capacidad creativa hace que tu parte destructiva salga a borbotones, imprevista, como un ataque de “algo en concreto”, por ejemplo, autosaboteándote y haciéndote daño, o cargándote algo muy importante en tu vida “de forma súbita e inesperada”. Cuando reconocemos y aceptamos en nosotros que tenemos las capacidades creativa y destructiva como dos partes necesarias de un mismo proceso, podemos gestionar conscientemente nuestra capacidad destructiva, de forma que deje de perjudicarnos y nos sirva a nuestro favor, de forma que la canalicemos sanamente.

Partes de la Sombra

Como ya hemos mencionado, La Sombra se divide en sombra individual y sombra colectiva. Sin embargo, esta división es más bien práctica y conceptual, para abordar su inmenso campo de acción de una forma más sencilla y humana; pues, en realidad, La Sombra sigue siendo la misma, tanto arriba (individual, superficie), como abajo (colectiva, fondo universal). De manera que está interconexión supone un hermoso descubrimiento → pues descubriendo, comprendiendo, trabajando y sanando mi sombra, se sana y comprende la sombra a sí misma a nivel colectivo.

Recordemos que, a nivel cuántico y real, la separación de la realidad es ficción pura, pues todo es uno y está interconectado en lo que la física cuántica llama “Campo Unificado” o la Mística Espiritual en “un Mismo Ser/Consciencia”.

No obstante, a niveles prácticos, como decíamos, es importante ir trabajando por capas nuestra sombra: identificar la sombra de nuestro árbol familiar o clan, luego el inconsciente específico de nuestro país, de nuestro continente, etc. Ya veremos esta identificación profundamente en el Trabajo de Sombra.


Funcionamiento de la Sombra

+En general → (se genera a partir de) todo lo rechazado o desconocido por el individuo, adquiriendo una autonomía o funcionamiento propio e independiente.

Esto es curioso, pues al desvincularnos de ese conjunto de miedos, aspectos psíquicos, traumas, heridas, etc, “se desvincula energéticamente” de nuestra psique (esta parte), en el sentido de adquirir su autonomía propia, lo que se llama “entidad independiente energética” o también conocido como “egregor”. No nos meteremos hoy en este jardín, porque comprender a los egrégores resulta un tema aparte. Baste entender por ahora que, de forma sencilla, un egregor es una “fuerza psíquica” que opera a nivel inconsciente, tanto individual como colectivo, y que se asocia a un determinado programa mental (p.ej: una ideología, una religión, un partido político, la culpa, la desvalorización, etc.).

De manera que la Sombra, al estar desvinculada de nuestro umbral consciente y estar tan rechaza por “nosotros”, ha adquirido una entidad propia.

Esto resulta importantísimo a la hora de entender cómo esta parte reprimida y oculta puede llegar a invarnos, invalidarnos y hasta “poseernos” con toda la fuerza de su carga ancestral. De ahí, la urgencia de que cada uno se atreva a bucear y a trabajar con su sombra; y de difundir esta información. Esta información y su práctica consciente es lo que propia cambios reales y profundos en nosotros, y por tanto, en el mundo.

+Específicamente → la sombra cobraría autonomía por:

1.O bien por omisión o supresión “de la sombra”, imposibilidad que revierte con igual fuerza en nosotros (ya que “lo que rechazas te posee, lo que aceptas te transforma”, C.G. Jung).

2.O por el contrario, y desde el otro extremo, por una identificación exclusiva con el arquetipo, con lo que el yo pierde el contacto con su parte consciente/luminosa. (Es decir, los extremos tan de moda ahora de suprimir nuestro ego, nuestra identidad personal, lo que supone una espiritualidad desintegrada y para nada entendida de forma real o integradora).


Simbología

Un mini apartado que me parecía curioso de incluir es el de los símbolos asociados más comunes a la sombra: como las serpientes, los dragones, los monstruos o los diablos-demonios.

Todo esto son figuras simbólicas (porque el lenguaje del inconsciente ya sabemos que es a través del símbolo) de este poder y parte ancestral de lo que somos, que ha estado oculto y siendo cada vez más rechazado, entre programas morales-religiosos-sociales de todos los tipos y clases, dando lugar cada vez más fuerza “a aquello de lo que tratas huir”.

Así, Jung explicaba en su famosa frase: “Hasta que el inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino”.

Dicha simbología podemos encontrarla en todos los lados, porque son parte simbólica del arquetipo de La Sombra, con lo que, por citar ejemplos cortos, encontramos la serpiente en la simbología farmacéutica y médica, al dragón en las aventuras y hazañas de las películas La historia interminable, El Hobbit, el diablo o el demonio en cualquier religión o cultura ancestral, así como los monstruos de todo territorio (el Yeti, el Mounstro del Lago Ness), etc.

El Ser Humano se encuentra siempre por destino con su parte oscura, oculta y poderosa a la vez, a través de enfrentarse a sus demonios internos, sus dragones internos y sus mounstros internos. Porque esa parte oscura atesora poder ancestral y dones también, porque es el otro lado del equilibrio y la balanza humanas.

Tal es el poder de la Sombra.

Ya que éste es un post introductorio, continuaremos con los siguientes apartados del tema en otros post. Espero que os haya gustado y que os animéis a dejar un comentario abajo, si así lo sentís, sobre qué es la sombra para vosotros y cuáles son las experiencias vitales que habéis tenido en torno al tema. Estaré encantada de leeros, y estoy segura de que también muchos otros que lleguen, por los hilos invisibles, hasta aquí :).

Muchas gracias siempre por estar ahí!

Y un abrazo,

Zulema. 

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