El recurso Enséñame, Tristeza es de formato Texto/Post Texto/Post

Enséñame, Tristeza

visitas 362 Visualizaciones

Comparto con vosotros este texto que me brotó de adentro reflexionando sobre las enseñanzas personales que me brinda la tristeza en mi vida. Espero que os abrace y acoja, y muchas gracias de antemano por tomarte el tiempo de leer estas palabras y por estar aquí.

Enséñame, Tristeza.

Enséñame a aceptarte como te mereces, a entenderte como el agua que riega las semillas que habitan en mi Ser.

Sé como el agua de mayo que nutre fértil mi templo interno. Sé como la lluvia que canta la melodía de mi corazón.

Enséñame a reconocerte como la cara reprimida de la rabia, el grito del miedo enterrado, al que no dejé salir (hasta ahora).

Me abro a escuchar tus mensajes.

¿Qué me cuentas desde dentro?

¿A qué tengo miedo exactamente?

Me ayudas a entender aquello que sentí que me hundió, para convertirlo en mi mayor impulso.

¿Qué es lo que siento que perdí allí afuera, para redescubrirlo dentro de mí misma?

Tristeza, llevas demasiado tiempo en mis pulmones. Llevas demasiado tiempo recordándome que mi miedo a la muerte es el recordatorio de la importancia de vivir mi propia vida. Atreverme a ser quien soy y a comunicarme, auténticamente.

Confiar en mi valía propia y en mi proceso.

Gracias por recordarme que todo aquello que sentí haber perdido allí afuera, en realidad siempre está dentro de mí: mi hogar, mi espacio vital y sagrado, mi merecimiento por la vida, mi familia, mi amor eterno por la existencia, la confianza en el desenvolvimiento de este río... que nos abarca a todos.

Tú, Tristeza, me ayudas a procesar mis experiencias, a entender e integrar mis duelos, a reconocerme como vulnerable y sensible ser humano, me ayudas a profundizar en mis recovecos más internos.

Me enseñas, casi siempre, por contraste:

-La alegría y el asombro que suponen el vivir atentos, presentes, libres...sin miedo.

-Me enseñas que el mundo es nuestro jardín, y lejos de ser hostil, es nuestro lugar de encuentro.

-Me señalas en dónde me estoy esforzando demasiado, que es forzándome, para que siga aprendiendo a sentirme merecedora de cuidarme y respetarme cada día de mi vida, y de amarme con la misma fuerza con la que vida me acoge a cada momento.

-Me recuerdas en dónde me mantengo incoherente o caigo de nuevo, por miedo a no ser amada y aceptada por los demás. Eso es, sí, tú me recuerdas que no hace falta que haga nada para mercerlo. Ya Soy Digna de Todo el Amor y la Abundancia de esta vida, por Ser.

Entonces, cuando te entiendo, cuando realmente te comprendo, te transformas en asombro y alegría por la vida, en la capacidad de reconocer mi fortaleza y mi capacidad de afrontar las circunstancias vitales que el universo me ofrece.

Dejo de tener tanto miedo a vivir, para empezar a sentir alegría por vivir, de nuevo...como cuando somos niños. Recupero a mi niña interna, y la dicha irremplazable de no necesitar ya más demostrar nada a nadie.

Eres el espejo de agua que nos refleja que no habíamos visto desde hace cierto tiempo nuestra propia fortaleza, que dejamos de ver el mundo como nuestro hogar, y que nos hemos disociado del fluir de la vida por sentirnos desprotegidos. Cuando la vida realmente nos protege, nos guía, nos apoya, nos sostiene y acoge.

Gracias, Tristeza, porque sin ti no comprendería la alegría, no podría trascender la ilusoria muerte, no recorrería las profundidades de la Vida.

Pero me despido de ti, ahora, sabiendo todo lo que en cada ocasión me has enseñado, siendo consciente de que no es un adiós, sino un hasta luego, aceptando que cuando vuelvas será necesario. Pero sin aferrarme a ti, simplemente dejándote Ser hasta que te diluyas, escuchándote y después dejándote marchar. Sin apegarme a ti por miedo a la propia vida.

Gracias, Tristeza, porque te reconozco como experiencia maestra, como compañera de entendimiento, como mensajera temporal y consejera de la escucha propia. Te dejo ir ahora desde un suspiro de presencia, desde un agradecimiento vasto como el océano y desde la alegría profunda, como florecimiento de las semillas de comprensión y crecimiento que tú regaste.

Te convierto en la aventura y en la valentía del acto de vivir mi propia vida, nunca más renunciándome, recordando cada día que este mundo es mi hogar y jardín de juego, de experimentar, de atraversar la vida y sentirme atenta, plena y presente.

Eres la llave que guarda la comprensión de la alegría profunda... Ahora...Respiro ligera y me atrevo a vivir plasmando quien realmente siempre fui y Soy.

Por recordarme mi merecimiento pleno de amor y vida, por susurrarme que mi templo interno siempre es y ha sido fértil (que mi Ser es Fertilidad), (y) por recordarme la melodía que canta alegre mi corazón:

Nada se pierde, sino que sólo se transforma, y todo lo transformado habita dentro de mí.

G R A C I A S.

Zulema Fernández Álvarez.

Comentarios
Comentarios · 0
Imagen de perfil del usuario registado
Situaciones relacionadas
Situaciones relacionadas

Este recurso esta relacionado con estas situaciones, ¿te has encontrado alguna vez en alguna de ellas?

Recursos del mismo autor
Recursos el mismo autor