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Conectar a través del Parar

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Todo va muy deprisa en nuestro tiempo actual, en donde las calles se desbordan de alientos apresurados en la garganta, de gente corriendo de aquí para allá, siempre rápidos y distraídos, en una carrera desenfrenada hacia ninguna parte.

Uno de los retos de nuestra sociedad actual es aumentar la Consciencia en nuestra vida y en el planeta. El ritmo que llevamos nos ha normalizado el estrés y la ansiedad sobrepasadas como el pan nuestro de cada día. Ya casi nadie se sorprende por decir que sientes no llegar a casi nada, o por estar ocupados constantemente, e instalados en la queja y en la desesperación por un sistema social que aprieta “afuera”.

Si queremos un mundo más consciente, necesitamos poner mucha consciencia en nuestra vida individual. Y la mejor forma, y la más efectiva que yo he encontrado hasta la fecha, es la atención. Y para prestar atención, hay que modular el ritmo, y parar.

Parar nos asusta porque llevamos demasiada inercia. Inercia mental (de estar constantemente pensando miles de cosas a la vez), inercia emocional (porque la sobreestimulación en la que vivimos nos hace estar expuestos a muchos estados emocionales de forma seguida, unos detrás de otros, sin procesarlos adecuadamente) e inercia física (estando nuestro cuerpo acostumbrado a ir de aquí para allá, sin descansar lo suficiente, tensos, y, cuando por fin paramos, posiblemente “enfermos”).

Entiendo que estás aquí porque quieres poner consciencia en tu vida. Entonces, déjame darte la enhorabuena, porque no siempre es fácil. Parar puede parecer un acto de asomarse al abismo, porque -en realidad- te permite contemplar de nuevo tu abismo, y el abismo profundo que supone la vida. Pero no es un abismo aterrador, no. Es la profundidad con la que te atraviesa la Existencia a cada momento, es Tu Profundidad, la naturaleza de lo que siempre Eres y estás siendo. Parar te permite Ser consciente de quién eres.

Cuando paramos, podemos observar nuestra respiración y nuestros pensamientos. Podemos contemplar nuestras emociones y sus ubicaciones en el cuerpo. Identificar los avisos del cuerpo con el tiempo suficiente para que no crezcan, y también presenciar algo maravilloso: el contacto progresivo con nuestra intuición. Conectando con nuestro cuerpo a través del Parar, podemos ir, poco a poco, y con la práctica cotidiana, aprendiendo a escuchar a nuestro Ser interior, a sus mensajes y al estado actual de nuestra energía y vitalidad físicas.

Podemos tomar decisiones que supongan respetarnos y escucharnos más en atención a nuestras necesidades. Pero para poder saber cuáles son nuestras necesidades en cada momento, hay que parar un poco.

Y al parar, te das cuenta de que lo que Eres, o de que quien Eres Siempre Está Ahí, contigo. Observándolo todo, experimentando. Y entonces, sólo con Parar y Observar, tu vida se transforma al transformarse tu mirada interna. Puedes sentir tu conexión con el Todo, y tu conexión inabarcable con palabras que mantienes con los demás. Es maravilloso y da una profunda paz.

Pero si nos hemos pasado mucho tiempo desconectados de nuestro cuerpo y de nuestro espacio interior, llegar a percibir esa maravilla y esa paz (que están ahí siempre) supondrá primero atravesar y acoger con nuestra mirada interna esa incomodidad, ese estrés o miedos reprimidos, esos asuntos pendientes. Y cuando los contemplas, cuando los identificas y les escuchas con toda la atención con la que puedes en ese momento, te viene la lucidez. Empiezas a encajar cosas, puedes entonces saber qué cambios o actitudes implementar en tu vida.

No hace falta que sea una lucidez inmensa o un cambio radical. Los pequeños “caer en cuenta” y los pequeños pero determinantes cambios suelen ser lo más eficaz y significativo. Y todo ocurre cuando te has dado un momento para parar y sentirte, para parar y contemplar esta magnífica obra de arte que es la Vida.

Por eso, hoy quería compartirte mi clave favorita a la hora de conectar conmigo misma, y la que utilizo siempre en primer lugar (cuando estoy agobiada, angustiada, inquieta, nerviosa...o simplemente incómoda o triste). Me paro y me observo, preguntándome ¿Cómo estoy? ¿Qué me sucede aquí dentro? Entonces, voy reconectando con mi cuerpo, con mis emociones y con mi campo mental. Estando aquí y ahora, puedo acceder a los mensajes de mi cuerpo que atraviesan el espacio y el tiempo. Puedo tomar consciencia, y al tomarla, poder transformar o aprender aspectos sobre mi vida.

Parar, Pausa, Detenerse, Contemplar...Herramientas poderosamente sencillas y potentes. Bendigo a la Pausa y al Silencio que llevan a la Contemplación.

Tú ya estás aquí, contigo, conmigo, y con la existencia al completo. ¿Te das cuenta? ¿Paras?

E R E S.

S O M O S.

Muchas gracias por leer hasta aquí, y te mando energía de calma y pausa para cuando la necesites. Y a ti, ¿te ayuda la pausa? ¿Qué te aporta? ¿Qué sientes dentro de ti? ¿Y fuera? ¿Qué aprendes de los mensajes de tu interior?

Te abrazo fuerte,

Desde la Pausa,

Desde el Silencio,

Desde el Ser.

Zulema.

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