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Comunícate responsablemente

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Cuando queremos hacernos cargo de nuestra vida y ejercer nuestra responsabilidad personal, hay muchas claves que están a nuestra completa disposición en cualquier momento. La comunicación responsable es una de ellas, y hoy quiero compartirte lo que, hasta ahora, he aprendido yo sobre cómo comunicarnos de forma más madura y responsable.

Antes que nada, como este es un tema muy hermoso y amplio, he creado un objetivo completo (puedes acceder aquí). Veremos en este post, por tanto, los pilares fundamentales de una comunicación más responsable, pero si el tema te motiva y te encanta investigar en lo profundo sobre estas cuestiones, no dudes en pasarte por el objetivo y en curiosear los libros que te dejo enlazados más abajo. Y sin más dilación (que me enrollo), vamos allá.

Los pilares fundamentales de la comunicación responsable:

1.Hablar en primera persona: es distinto decir que "tú me haces sentir triste cuando vuelves tarde a casa" que expresar "yo me siento triste (mi sentimiento) cuando tú llegas tarde a casa (tu hecho)". Si proyectamos en el otro las interpretaciones, emociones y sentimientos propios con las actuaciones y emociones del otro, creamos un caos comunicativo que puede propiciar rencores, asuntos pendientes y malentendidos. Por tanto, hay que distinguir, por un lado, lo que yo "interpreto, pienso y siento" de lo que, por otro, tú o la otra persona hace.

Esto se traduce también en distinguir entre mis interpretaciones de la realidad y los hechos que ocurren en ella (p.ej: "yo interpreto que estás molesto conmigo (ahora veremos esto, que, además, es una suposición" a que tú puedas estar o no molesto conmigo). Entonces, en estos casos, hay que dejar muy claro que de lo que hablamos son nuestras interpretaciones, emociones y sentimientos, ya que podemos empañar la realidad con nuestras gafas interpretativas manchadas con nuestras creencias, traumas y miedos.

Llevándolo a lo práctico, y en el ejemplo anterior, podríamos plantear nuestra sensación de que el otro está molesto con nosotros de dos formas posibles: "yo creo/percibo/siento/interpreto que estás molesto conmigo" y (la más importante, preguntar, bendito preguntar) "oye, ¿estás molesto conmigo?". Así, dejamos claro que este mensaje proviene de nuestras emociones e interpretaciones, no cargándole al otro necesariamente con lo que percibimos.

Además, este primer paso de hablar en primera persona (nunca mejor dicho), es un acto de autenticidad, vulnerabilidad y apertura de confianza con el otro, lo cual puede inspirar o ejemplificar al otro para que también se abra y se atreva a hablar en primera persona de lo que siente, piensa o cree.

2.Escucha activamente y sin interrumpir: esto significa ¡escucha con todo tu Ser! Escucha al otro con tu cuerpo (incluida tu postura corporal), con tu piel, con tus ojos, empápate de su apertura, escúchale con la mente abierta, escucha realmente, con atención plena y sincera.

No interrumpas su comunicación o discurso, ya que esto refleja que estás esperando a que cierre la boca para poder inmediatamente hablar. Cuando escuchas atentamente al otro, abres un espacio de seguridad y de confianza por tu parte (que segura estoy de que se puede sentir por el otro lado), para que haya una comunicación abierta y sincera.

Cuando decimos que escuchemos incluso con el cuerpo, esto es algo que puede darnos que pensar. Podríamos decir, a simple vista, que escuchamos con los oídos. Pero no, escuchamos también con los ojos, con la presencia de nuestro Ser en ese momento, con la atención plena de cada uno de nuestros sentidos. Sentir es escuchar también. Y escuchar es un acto de respeto y de amor al otro. Dicen muchos autores, cada uno con sus palabras, pero idéntico mensaje, que: "El mejor regalo que podemos dar a otra persona es nuestra atención íntegra (Richard Moss)".

Hubo en este sentido una idea que me dejó muy pensativa cuando la escuché. Decía algo así como que sabes que realmente estás escuchando cuando te abres a la posibilidad de que el otro pueda comunicarte algo que cambie tu forma de pensar. Eso es apertura. Es como cuando una flor se abre al mundo, expandiendo sus pétalos y se yergue hacia el cielo. La flor no tiene miedo. Ábrete al otro sin miedo. Siempre es un acto enriquecedor el Encuentro con otro Ser humano, y sólo cuando hay presencia, hay Encuentro.

¡Y un ejercicio extra! Cuando escuches al otro, observa tus propios juicios y críticas a lo que está contando. ¿De qué rechazos pueden hablarte? ¿Qué tal llevas el trabajo de la compasión y el no-juicio? Este ejercicio puede ser profundamente esclarecedor sobre nuestros conflictos y asuntos pendientes internos, que nos refleja el otro. Recuerda, todo lo que te moleste del otro, es algo que también te molesta inconscientemente en ti, sino ¡te da igual, lo aceptas, lo tienes asumido e integrado!

3.Respeta el turno de palabra y el espacio del otro: Muy parecido al no interrumpir, pero es mucho más que no cortar con palabras al otro. Cuando respetas el espacio y el momento en que el otro te comunica algo, estás cultivando literalmente un espacio de acogimiento y escucha). Fíjate si eres poderoso que tienes el poder de crear espacios de silencio que escucha y de energía que sostiene y acoge. ¡Tal es nuestro poder!

4.Nunca insultes o improperes a nadie: Una de las cosas más terriblemente hirientes que podemos hacer es insultarnos a nosotros mismos o a los demás, en cualquier circunstancia de que se trate. Una cosa es compartir auténtica y sinceramente cómo interpretamos la conducta del otro, pero nunca el ser del otro. Una cosa es: "me duele que me mintieras con las entradas de fútbol" a "eres un mentiroso". Conducta no es igual a Ser. Todos podemos mentir alguna vez en la vida, o faltar el respeto o estar nuestra casa desordenada, pero eso no significa ser mentiroso, irrespetuoso o desordenado. Hacer y Ser son cosas muy diferentes. Y podemos hacernos y hacer mucho daño con estas etiquetas que en absoluto nos ayudan a aclarar asuntos, llegar a acuerdos o alcanzar nuestra mejor versión.

5.Mantén a raya el drama y respeta la experiencia emocional-mental del otro: Cuando sacamos las cosas de contexto, magnificándolas o empequeñeciéndolas a lo que son, quitándole importancia a lo que siente o piensa el otro, o cuando en vez de parafrasear (en la medida de lo posible) las palabras o frases exactas que nos molestaron, nos dedicamos a reformularlas con otras palabras y momentos mezclados al presente que estamos tratando, creamos un caos mental, energético y verbal que lleva a enfrentamientos y discusiones de difícil salida.

Para ello, la gran escritora y coach Susan Campbell, escribe muchísimos consejos en su libro Getting Real (Siendo Reales), entre los que destacan, en este sentido, los puntos 6., 7. y 8. de este post.

6.Parafrasea literalmente o lo mejor posible las palabras exactas y hechos exactos que te hicieron sentir o pensar tal cosa: P.ej, "me molestó que me llamaras desastre ayer con tu madre", o "me sentí triste cuando llegaste tarde a casa el lunes y el viernes de esta semana". Esto puede ser mucho más efectivo que decir: "Es que siempre me llamas desastre y desorganizada, te crees que soy una inútil", o "Me tienes abandonada últimamente". Esto nos lleva al siguiente punto.

7.Sé concreto (y preciso): Las generalizaciones sólo nos sirven para magnificar el drama de nuestra vida y de nuestras conversaciones. Esto no significa que no puedas tener una sensación general sobre un sentimiento o experiencia vital en concreto, claro que sí. Pero intenta ir a los momentos precisos y exactos en donde te sueles sentir así. Como ejemplo (retomando el anteriormente puesto), si te sientes abandonado/a últimamente, a parte de expresarlo (que está bien decirlo, claro que sí, es mejor no guardarlo), vamos a intentar ponérnoslo más fácil (a ti y al otro, para resolverlo y atender la necesidad), especificando cuándo y cómo lo sientes: así, "me sentí abandonada el lunes y el viernes cuando viniste tarde a casa y cené sola", y "también cuando el miércoles te llamé 3 veces y pasó todo el día sin que me devolvieras las llamadas". Así es mucho más fácil abordar el tema, porque nos llevan a acuerdos concretos, que atienden necesidades concretas, y en momentos concretos que nos llevaron a tener esas experiencias.

8.Pide ayuda y expresa tus necesidades: No esperes que el otro te pregunte cómo llevas ese asunto del trabajo que tanto te preocupa, ¡pide o expresa que te gustaría hablar de ello! o que quieres ir a la playa juntos. El otro no es adivino, ni es tu derecho cargar al otro con semejante responsabilidad, igual que tú tampoco mereces cargar con esa carga de jugar a las adivinanzas y suposiciones de las necesidades del otro. En las relaciones auténticas, ambas partes deben sentirse libres (y sino, se comunica esa sensación de falta de libertad) para comunicar las necesidades que sienten. Así, puede el otro conocer qué necesitas, en qué puede ayudarte y en qué dejarte tu espacio. Igual que tú con las suyas.

9.(Y muy conectado con lo anterior) Deja de hacer suposiciones y adivinanzas: si tienes dudas, pregunta. Pregunta, pregunta y pregunta. No tengas miedo a preguntar. Es la clave para saber con exactitud cómo se siente y qué necesita el otro. Muchas veces, podemos confundir lo que percibimos del otro con nuestras emociones reprimidas e inconscientes. P.ej, podemos ver al otro triste, cuando en realidad puede que él o ella esté la mar de contento, y nosotros tapando una tristeza incómoda. Somos espejos, ¿recuerda? Preguntar es tomar las riendas de la responsabilidad también.

10.Sé auténtico: no hay responsabilidad desde la mentira, las apariencias o la falsedad. La hipocresía y el querer aparentar cosas que no pensamos o sentimos siempre se nota a nivel energético y mental (subconsciente) por el otro. Así, no creamos espacios de confianza, autoestima y libertad. Sé sincero contigo mismo y con el otro, y ése el el primer paso para ejemplificar la honestidad en este mundo: regándola en cada una de tus acciones.

Bueno, ¿y a ti, te ayudan estas claves? ¿Tienes otras que también te ayudan? Si es así, me encantaría leerlas y aprender todos juntos sobre tus experiencias y reflexiones. Todos tenemos muchísimo que aportarnos los unos a los otros. No olvides que estaremos escribiendo nuevos post sobre esto en el objetivo concreto de: "Aprender a comunicarme responsablemente".

Cuéntame si te sirvió este post, y espero de corazón que puedas comunicarte lo más auténtica y abiertamente posible. Porque, ¿sabes qué? Te mereces disfrutar de una comunicación plena y expansiva del Ser que Eres.

Un abrazo de silencio y de palabras que te acogen,

Zulema.

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Ficha técnica

Tipo Texto/Post El formato del recurso es Texto/Post

Idioma: Español

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el día 26/3/2021

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